jueves, 23 de abril de 2015

La Casa De Bernarda Alba Comentario


Federico García Lorca, nacido en Fuentevaqueros el 5 de Junio de 1898, fue un poeta y dramaturgo español perteneciente a la generación del ’27. Comenzó su estudio, primero de filosofía en 1915, al igual que la carrera de Derecho en la Universidad de Granada. Formó parte de ‘’El Rinconcillo’’, un centro de reunión de artistas granadinos. En este grupo llega a conocer al artista Manuel de Falla. Luego, entre 1916 y 1917, comienza una serie de viajes de estudio por España con sus compañeros, viajes en los que además conoce a Antonio Machado, el poeta español más joven que pertenecería a la generación del ’98. Posteriormente, en 1919 decide instalarse en Madrid, en una residencia de estudiantes, donde tendría un gran contacto con literatos e intelectuales. 

Funda, junto a un grupo de intelectuales, la revista Gallo, de la que sólo se publicaron dos ejemplares, siendo un fracaso. Dos años después funda un grupo universitario ‘’La Barraca’’, el cual tenia como objetivo el acercar el teatro al pueblo. 

Escribió tanto poesía como teatro, aunque se enfocó más en este último en sus  postreros años. Participó no sólo en la creación de estas obras, sino que también en la escenificación y el montaje. Su poesía se caracterizó por ser de un carácter modernista, siguiendo el ejemplo de artistas como Antonio Machado (conocido en sus viajes), aún así, en una segunda etapa, reúne el Modernismo con la Vanguardia. Mientras tanto, su labor teatral se calificó por rasgos líricos, míticos y simbólicos, del mismo modo que recurría tanto a la canción como a la desmesura calderoniana o el teatro de títeres. Sus obras más famosas son “Bodas de Sangre”, “Yerma” y “La Casa de Bernarda Alba”.

La generación del ’27 a la cual perteneció Lorca fue la sucesora de la generación del ’98, la cual se caracterizaba por su orientación europeísta y su forma de arte desligada de lo social y lo político. Tanto la generación del 27’ como la del ’98 coinciden temporalmente con un movimiento artístico que rompió los esquemas del Romanticismo y Realismo llamado el Vanguardismo, el cual busca el mundo onírico y surrealista para expresar su arte y también lo futurista. La generación del ’27 se basa en la expresión de lo subjetivo, o sea el uso de metáforas (lo cual se ve mucho en la “Casa de Bernarda Alba” de Lorca) y también la precisión conceptual, que manifiesta la fuerte formación intelectual de los integrantes de estos grupos.

“La Casa de Bernarda Alba” es un drama andaluz (no tragedia, ya que no hay ningún personaje sobrenatural, no hay coros que subrayen la acción ni algún tipo de ritual) el cual trata de la vida de una familia gobernada por una madre autoritaria (Bernarda) que acaba de quedar viuda del padre de cuatro de sus cinco hijas. Bernarda, luego de la muerte de su segundo marido, impondría un régimen casi militar sobre su familia, impidiéndoles salir a la calle, quitarse el luto, o hablar con cualquier hombre, por lo tanto prohibiéndoles el matrimonio a cuatro de sus hijas, privándoles de su libertad. Esto claramente no agradaría a estas, por lo que la obra transcurre en un laberinto de emociones según las hijas (especialmente la menor) quieren de alguna forma rehuir del castigo impuesto, al mismo tiempo que la relación de la mayor con Pepe el Romano, complica al resto de las hermanas envidiosas con respecto a este noviazgo. 

 El fragmento analizado pertenece al primer acto de la obra (de tres), y específicamente a la primera escena, donde encontramos a dos personajes, ‘’La Poncia’’ y una criada, en lo que es una habitación blanca, con el contexto de que Bernarda y sus hijas no están en casa en el momento (están en el velorio del difunto), podemos verlas a ambas cometiendo por lo menos una infracción, ya sea el robo de la comida por parte de ‘’La Poncia’’, o la falta de ambas al hablar puras calamidades de Bernarda. También nos encontramos con que esto ocurre justo antes de la continuación del velorio en casa de Bernarda, por lo tanto un poco antes de la imposición del castigo sobre las hijas. Esta escena, en cierto modo, nos da una idea de cómo continuará la obra, al en primera estancia  introduciendo a los personajes y mostrándonos además de lo qué es capaz de hacer Bernarda. SKT1 

Tema:
Odio de las empleadas hacia Bernarda y la contraposición del mundo de los sirvientes en rebelión al  mundo del poderoso empleador.

Estructura externa: corresponde el extracto a un diálogo entre dos personajes que vienen a ser de la servidumbre, en este caso "La Poncia" y "Criada" . Corresponde a un diálogo de carácter directo, en el que se puede identificar un hablante dramático (acotaciones). Todo esto nos sugiere que pertenece este extracto a una obra de teatro.

Apartados: 
El fragmento se divide en tres apartados; en el primero "Odio en general", el cual habla de como es Bernarda y explica básicamente por qué la odian. Comprende los tres primeros diálogos ( dos de "La Poncia" y uno de la criada) con las primeras 7 líneas, de las cuales una de ellas corresponde a una acotación. 

El segundo apartado, "Odio familiar" , trata acerca de cómo también la familia de su ex marido (la cual supuestamente debería quererla por ser esposa del difunto) la odia, y que debido a esto ni siquiera vinieron al funeral del fallecido, sino que apenas ver al muerto, cortaron sus relaciones con ella.  Comprende desde el diálogo cuatro al siete, a la vez que las líneas 8 a 14. 

"El odio de La Poncia" corresponde al tercer apartado (diálogos ocho al trece, y líneas desde la 15 a la 30) es el mayor de los 3, y habla del odio que le tiene La Poncia a Bernarda, y de que ella misma le haría en venganza.

Empieza el primer apartado con La Poncia protestando en contra de su patrona Bernarda, diciendo por medio de una metonimia, reemplazando a su cuerpo por su corazón, que Bernarda podría estar sentada, ocupándote y atacándote por más de un año, una exageración de cuan cruel puede llegar a ser. También se refiere con la metonimia a que te ataca tanto física como sentimentalmente, ya que el corazón suele ligarse con los sentimientos y este reemplaza al cuerpo físico de la persona que trabaja para Bernarda. Y aparte de este ataque, la insulta por su sonrisa fría que no muestra sentimientos y por su cara maldita, parecido a la del mismo diablo (se utiliza un epíteto), casi se podría decir que no le importa la reacción que vaya a causar en la persona. Termina el primer diálogo con La Poncia imitando uno de los tantos gritos que son característicos de Bernarda, mofándose de él.

Luego la criada replica a las declaraciones de La Poncia con un hipérbaton afirmando lo mala que es Bernarda, reclamando el trabajo físico extenuante que tiene que realizar, tanto así que utiliza un hipérbole para mostrarlo, donde exagera el trabajo que tiene que hacer, tanto así que sangra por tanto lavar.

El apartado termina con La Poncia despreciando a Bernarda, por medio de una ironía y de un epíteto, en donde describe a su patrona como la más alta, la más decente y la más aseada, obviamente en tono irónico y burlesco jactándose de lo hipócrita que es su jefa, ya que, posiblemente, la señora no tiene ninguna de las características nombradas anteriormente. Después sigue de una forma lenguaraz, diciendo que la muerte de su marido incluso le otorgó un favor a el mismo, liberándolo de su espantoso matrimonio con Bernarda, tomándose un descanso permanente. Cesan las campanas y termina el primer apartado.


El segundo apartado, comienza cuando la Criada pregunta a ‘’La Poncia’’, acerca del funeral, y si han venido los parientes del marido. Con este diálogo, introduce el tema del segundo apartado, al colocar como objeto de la conversación a los parientes de la familia, especialmente a los del ex marido de Bernarda, a los cuales ‘’La Poncia’’, dice que la odiaban, y apenas vieron al muerto, le hicieron la Cruz a Bernarda. En este diálogo, se realiza una imagen, en la cuál se representa la cruz como un símbolo de que detuvieron todo tipo de relaciones entre su familia y Bernarda, en otras palabras, que la odian tanto que no quieren saber nada más de ella, porque ya no tienen ningún parentesco con esta.

Continúa el diálogo entre estos dos personajes con una pregunta de la Criada, ‘’¿Hay bastantes sillas?’’  Preocupada de que haya un número inferior de sillas respecto a las cantidad de gente que se presentará al funeral del segundo esposo de Bernarda. La Poncia replica con que sobran sillas, reiterando que la familia del segundo matrimonio se ha distanciado de ella y que no van a atender al funeral de este. También lo asevera diciendo que desde la muerte del padre de Bernarda no hay gente que entre a su casa y que ella misma no quiere que la vean en su casa, para así poder esconder su familia y cuidar su orgullo.

El siguiente diálogo, ya corresponde al último apartado, donde la criada le hace la observación a La Poncia de que por lo menos con ella se había portado bien. Pero la respuesta de esta, no es la esperada, sino que descarga su odio mediante un paralelismo sintáctico, haciendo referencia a los treinta años que lleva a su servicio. Le cuenta a la criada todo lo que ha tenido que hacer por Bernarda, como por ejemplo cuidarla noches enteras cuando estuvo enferma, o su labor obligada de llevarle chismes de otra gente para comentar, para así poder compararse con ellos y sentirse superior a los demás por su “familia perfecta” (aunque sólo lo aparente). También en estas oraciones hay hipérboles, ya que La Poncia exagera lo que ha pasado, diciendo como por treinta años ha estado sólo comiendo sus sobras, sin poder comer un plato normal y como ha sido obligada a ver por días enteros a sus vecinos, para juntar estos chismes anteriormente mencionados. Por último, hace alusión a casi una vida completa que han pasado juntas, sin secretos la una de la otra, pero sin embargo ‘’¡Maldita sea!’’, no le agrada en lo absoluto, y está harta de ella, e incluso, al final de su descarga, le desea el peor mal posible del mundo a Bernarda, mediante un decir español de ‘’Mal dolor de clavo le pinche los ojos’’.

Claro que ante semejantes confesiones, la criada se sorprende de esto, y le responde con una exclamación de espanto. Pero sin escucharla, La Poncia sigue su discurso de rabia. Se compara a sí misma, mediante una metáfora, con una perra, ya que tanto ella como una perra siguen las instrucciones de su ama; si le piden que desprecie a los mendigos, ella lo hace, al igual como si fuera un perro mordiendo los talones de estos limosneros. También habla de sus hijos, los cuales trabajan en sus tierras, pero esto le confiere un problema a La Poncia, sea cual sea su decisión, si esto afecta a Bernarda, es muy probable que ella se vengue sobre sus hijos aparte de ella, posiblemente despidiéndolos de su trabajo. Pero aún así, dice que algún día ya no soportará más, y se hartará.
Y ese día… (criada), ese día se encerraría con ella en una pieza para vengarse por sobre todo lo que le ha hecho durante estos 30 años, escupiéndole, ‘’Por aquello, por lo otro’’, y usa una comparación, bastante exagerada (se vale de una hipérbole), para describir cuáles son sus intenciones al hacerle esto: ‘’ponerla como un lagarto machacado por los niños’’, que es con lo que solían divertir los niños, y que es exactamente lo que ella piensa que son Bernarda y toda su familia.

Ante todo lo que dice sobre Bernarda, uno se imagina que La Poncia tiene celos de lo que posee ella, pero como dice en su diálogo (‘’Claro es que no le envidio la vida’’) y como se ve en la obra, este no es el caso y más bien repudia la vida de su patrona. Después también explica porque no quiere la vida de su jefa. Las razones que se basan principalmente en la familia de Bernarda, sus cinco hijas, las clasifica a todas como feas, casi se podría decir que inservibles, excepto tal vez, por la mayor, Angustias la cual tiene un pequeño brillo en contraste a sus hermanas, al ser la única hija del primer marido de Bernarda, por lo que recibió la herencia por parte de este, una herencia contundente, es decir, una cantidad definida de dinero. Mientras que las hermanas, ya están del todo perdidas, no se pueden casar, son supuestamente ‘’feas’’, y aunque parecen tener una gran herencia de su difunto padre (segundo marido de Bernarda), son solamente ‘’pan y uvas’’, es decir, que su herencia en realidad es una miseria que aparenta ser una riqueza, ya que dice que tienen “mucha puntilla bordada, muchas camisas de hilo”, refiriéndose a lo que aparentan las cuatro hijas del segundo matrimonio, todo esto lo sabe La Poncia, la cual sabe lo que pasa dentro de la casa y lo que en verdad son.

Para concluir, la obra ‘’La casa de Bernarda Alba’’, del autor Federico García Lorca, corresponde a un drama andaluz de tres actos en los que podemos identificar a catorce personajes, unos tal vez mas importantes que otros, como viene a ser el caso de un contraste entre Bernarda, o cualquiera de sus hijas, con por ejemplo una de las mujeres que asistieron al velorio del ex marido de la ama de casa, y que su intervención en la obra sólo se limita a un par de frases.
Más específicamente, y centrándonos en el extracto seleccionado, podemos identificarlo como la apertura de la obra, en la primera escena y el primer acto, donde se introduce más o menos a cómo va a ser la obra. Nos encontramos con dos personajes pertenecientes a una clase trabajadora y empleada por alguien superior, gente que ante la ausencia de su jefe, descarga toda su ira contenida durante los días de trabajo, representa básicamente el diario servir en la casa de Bernarda Alba, donde al parecer las condiciones no son las que un empleado esperaría trabajar. Esta obra nos muestra la tiranía de un ser que tiene un poder, no lo suficiente fuerte como para calificarlo como un poder sobrenatural (típico de las tragedias) que gobierna con toda autoridad sobre sus hijas y sus empleadas. Uno ve tanto en el fragmento como en toda la obra el odio que todos tienen contra Bernarda, pero también el miedo que no los deja intentar de derrocarla del poder. Al final, la única que fue en contra de Bernarda terminó muerta, siendo esta una de sus hijas, Adela. También se aprecia la idea de Bernarda de mantener su prestigio y cómo los veían los demás. Por ejemplo, la muerte de su hija no le interesó a ella, y prefirió mantener la apariencia de su familia, la cual protegía más que nada, en vez de preocuparse por la muerte de una de sus descendientes.






Bibliografía:

Instituto Cervantes. (2009). Federico García Lorca. Biografía. 30/04/2015, de Instituto Cervantes Sitio web: http://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/biografias/tokio_federico_garcia_lorca.htm

Juan Ignacio Luca de Tena. (1998). Herderos de García Lorca. Fuente Labrada, Madrid: Cátedra, S.A.



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